Encontrar en lo cotidiano el camino a seguir
Cuando uno pasa la semana en Cucuí
piensa cómo mejorar el trabajo cotidiano. Al fin y al cabo es aquí
donde paso la mayoría del tiempo. Reconozco que no es fácil cambiar
dinámicas que se prolongan en el tiempo, hacer realidad esa
conversión pastoral a la que nos anima el Documento de Aparecida,
que acaba de cumplir diez años, y en la que tanto insiste quien fue
relator de ese documento y después se convirtió en Obispo de Roma,
el Papa Francisco.
Creo que en las comunidades donde todo
mundo se conoce la evangelización debe partir de un sentimiento de
cercanía, que sólo se consigue con el tiempo, en la medida en que
vamos conociendo la gente y entablando relaciones más profundas.
Desde mi punto de vista el tiempo de
Iglesia en los templos es algo que, en muchos lugares, no tiene más
sentido. Vivimos en una sociedad en la que es necesario llevar a Dios
para la vida cotidiana, que fue el gran objetivo de Jesús, después
desvirtuado por la Iglesia en cuanto el cristianismo se convirtió en
religión oficial y obligatoria.
La misa en las casas es una experiencia
que poco a poco va siendo asumida por la gente. Pero lo que más me
lleva a tener esperanza es que los adolescentes y jóvenes se están
interesando por ese modo de ser Iglesia y sienten la necesidad de
participar de esos momentos, donde las cosas se viven sin demasiada
rigidez y donde se va conociendo a un Dios más próximo a nuestra
vida cotidiana.
Sé que es necesario continuar dando
pasos y que al mismo tiempo no es fácil llevar a cabo los diferentes
avances que resultan necesarios. El tiempo es algo relativo y
encontrar el camino a seguir un trabajo comunitario en el que todos
debemos creer, pues de lo contrario o no se avance o se hace a
desgana y cuando se vive de esa forma es imposible ser feliz y ser
contagiado por la alegría del Evangelio, que es el objetivo final de
todo cristiano, vivir alegre y disfrutar de la vida siguiendo el
proyecto de Jesús de Nazaret.
En esas andamos... Mañana un nuevo
viaje, un poco más largo, pues participaré en Brasilia de un
seminario de comunicadores organizado por la REPAM, Red Eclesial Pan
Amazónica y de allí cruzaremos el charco...
Un abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuito ânimo e força na caminhada, não é fácil mas com perseverança e vontade ... partir nunca será em vão. Um abraço e ELE está contigo.
Eliminar