De la Ceca a la Meca
De nuevo en casa, retomando la vida
cotidiana me asomo a esta ventana virtual que nos permite
comunicarnos con los que están en cualquier rincón del Planeta.
Viajar nos permite conocer nuevas realidades, personas, culturas,
experimentar la grandeza de la diversidad y entender el tamaño de
las cosas, también de este país llamado Brasil, donde las
distancias son tan grandes, todavía más cuando lo atraviesas de
punta a punta.
El motivo principal del viaje fue
participar o mejor informar sobre el 14º Intereclesial de las
Comunidades Eclesiales de Base, que ha llevado a la Iglesia de Brasil
a reflexionar sobre los desafíos de la Evangelización del mundo
urbano, profundizando en una serie de cuestiones que es prioritario
enfrentar dentro de la coyuntura social actual si no queremos
quedarnos fuera de la vida de la gente.
Pasamos por un momento de tensión,
tanto en el plano socio-político como eclesial. Cada vez más,
existe un empeño en acabar con todo aquello que se sale del esquema
de quien quiere dominar el mundo y la Iglesia, de aquellos que no
quieren que nada cambie. Eso hace que sea quien sea el que se rebela
contra el sistema, aunque sea el Papa, los ataques sin piedad
aparezcan.
Lo mismo ocurre con quien quiere hacer
realidad una Iglesia donde todos sean protagonistas, una Iglesia de
las periferias, una Iglesia comprometida políticamente, es decir,
que quiere hacer realidad una sociedad más justa, como siempre han
querido las comunidades eclesiales de base. En torno del
Intereclesial han aparecido esos grupos que sólo insultan, lo que
hoy es más fácil desde el mundo virtual.
Gente que genera violencia, tema sobre
el que la Iglesia de Brasil nos ha propuesto reflexionar durante esta
cuaresma, buscando el camino que nos ayude a superarla, pues todos
somos hermanos. En Brasil mueren más de sesenta mil personas por año
víctimas de armas de fuego.
Volver para casa es ver como vamos a
caminar durante este año, una tarea no siempre fácil dado los pocos
recursos humanos y materiales con que contamos. Ver como poder hacer
alguna cosa a más que el mero sacramentalismo que nos domina y que
nos lleva a pensar que los resultados tienen que ver con números.
También ver las cosas de una forma más
amplia, pensar en el Sínodo Panamazónico de 2019, un momento que se
plantea decisivo para el futuro de la Amazonia, no sólo en el plano
religioso, también social y ambiental, pues poco a poco la Amazonia
está siendo invadida y destruida, lo que puede acarrear
consecuencias irremediables para todo el Planeta.
De momento son planes, desafíos,
perspectivas para este nuevo año... Ahora es tiempo de empezar a
llevarlo a cabo, de construir en común, de hacer realidad cada día
y en cada momento la novedad de un Evangelio que nos siempre nos
enseña y nos da pistas para transformar no sólo nuestra vida, sino
también el ambiente del que formamos parte.
Un abrazo.
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