Ser misionero es plantar

Hola a todos/as:
Acabo de llegar de una comunidad de celebrar la eucaristía. Eramos 7, contándome a mi y a una joven que fue conmigo. Hice 90 km de coche y no tengo ninguna duda de que valió la pena. Ser misionero es esto, llegar donde nadie llega o donde las personas llegan cuando les interesa. Ahora está empezando la época de los buitres, que cual carroñeros van buscando los votos en los lugares más recónditos, los mismos lugares en los que nunca van a volver a aparecer hasta dentro de cuatro años. Hacen falsas promesas en las que la gente continua confiando.
Vale la pena porque celebrar la eucaristía siempre vale la pena, vale la pena porque es una comunidad que, aunque pequeña, lucha para continuar caminando, vale la pena porque es gente que siempre está participando para después ser fermento en la masa. En una sociedad de masas, en la que muchas veces cuenta la cantidad y no la cualidad debemos apostar por esto último, pues el futuro del Evangelio depende en gran medida de que seamos fermento en la masa. Me emocionó ver como una adolescente hizo la acogida de la misa y la profundidad de las palabras que usó, cosas que va aprendiendo porque camina en la comunidad.
Al final lo que cuenta es eso, los pequeños detalles, los pequeños pasos que cada persona y cada comunidad va dando y que con el paso del tiempo aparecen más claramente y que nos dan fuerzas para continuar caminando. A veces uno se encuentra con cosas que desaniman, como la semana pasada que las reuniones en las comunidades de Andaraí fueron pocos participadas, pero en esos momentos hay que confiar y continuar plantando.
Además de todo eso, estos días han servido para disfrutar de una nueva victoria de la selección, que siempre agrada, aunque como ya dije el domingo en la misa España sólo va bien en el deporte, desgraciadamente. El lunes tuve tiempo para disfrutar de lo que aparece en la foto. En directo es mucho más espectacular, hay casi 300 metros para abajo, es una cosa impresionante y que a mi, que soy un poco como las cabras, me encanta poder hacer cuando tengo tiempo.
Un abrazo.

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