Dicen una cosa y después hacen otra

Hola a todos/as:

El Evangelio de este domingo iba dirigido contra aquellos que dicen una cosa y hacen otra. La verdad es que esto es una cosa de la que casi nadie está libre. Cada uno tiene su opinión al respecto, pero creo que hoy los grandes hipócritas son los políticos. Digo esto al respecto de lo que sucedió en estos días aquí. Una joven fue a la clínica del ex-alcalde porque estaba con hemorragia. Al entrar, el enfermero que estaba con él (un verdadero sin vergüenza, de aquellos que te saludan sonriendo con el mayor cinismo y después te dan la puñalada), le dijo que ella era empleada doméstica de la secretaria municipal de asistencia social y que no le votaba. Inmediatamente la mandó levantarse y salir del consultorio. El mes pasado, en la fiesta que organizó, dijo que quería ayudar a la gente de Itaetê y no se cuantas cosas más. Estamos moviendo las cosas para ver si conseguimos que sea condenado (es difícil, pues los ricos generalmente son absueltos) para que no pueda ser candidato nunca más y si es posible que no pueda ejercer como médico. Son cosas que me dejan con un sentimiento de rabia, indignación y que ponen de manifiesto esa desevolución humana de la que ya he hablado en otros momentos.

Por lo demás la semana fue interesante. El sábado tuvimos la asamblea de evaluación con las comunidades de Itaetê. Puedo decir que ellos piensan que estamos en la dirección cierta, lo cual es importante, pues hace que la gente camine con más alegría, y percibí como poco a poco las comunidades van entendiendo y asumiendo cosas que tiempo atrás eran difíciles de entender para la mayoría. Por la tarde celebré en dos comunidades, la primera misa fue en una capilla en construcción, lo cual me produjo gran alegría, pues es fruto del trabajo de la propia comunidad, que esfuerza para tener un lugar donde reunirse y celebrar la fe.

El domingo fui para Andaraí y en la última misa celebré la fiesta de Nuestra Señora del Rosario. Ya se que es el día 7 de octubre, pero por cuestiones técnicas (fiesta de San Francisco y Nuestra Señora Aparecida) se celebra el último domingo de octubre. En Andaraí son maestros en fiestas. El lunes aproveché para escribir el boletín diocesano y por la tarde-noche fui a visitar a mis amigos los concejales, esos grandes servidores que tanto se preocupan por el bienestar de la gente.

El martes fue día de corre-corre. Empecé por la mañana con reunión en uno de los núcleos de comunidades de Andaraí, misa en la comunidad de San Pedro, donde parece que el problema del agua va a ser resuelto, misa en la Escuela Familia Agrícola y reunión por la noche con las comunidades de la ciudad. Aprovechamos también para ver como fueron las cosas en las comunidades este año. Puedo decir que vamos caminando poco a poco.

El miércoles era día de fiesta, celebré en los cementerios, por la mañana en Andaraí y por la tarde en Itaetê, donde han construido una capilla nueva en el cementerio (de vez en cuando hacen alguna cosa que no sea robar).

Ayer jueves fue día de misas aquí en Itaetê. Por la mañana aprovechamos para reunirnos con el sindicato de trabajadores rurales y organizar la visita de una diputada del estado de Bahía en el mes de enero. Una mujer interesante, que vino como misionera para Pintadas (la ciudad de Erivaldo) más de veinte años atrás y después fue alcaldesa y ya está en segundo mandato como diputada. Queremos ayudar a la gente a descubrir que el voto es importante y que no se puede vender a cambio de nada.

Un abrazo.

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