Itinerante

Hola a todos/as:
La semana que ha pasado ha sido de movimiento constante, de hecho desde el domingo pasado no he dormido dos días seguidos en la misma cama, lo cual hace que muchas veces uno se despierte y necesite preguntarse dónde está, pero bueno, esto es parte de la vida. Ha sido una semana de muchas y diversas reuniones. El lunes pasado ya os conte que tuvimos reunión de la coordinación diocesana de pastoral y del equipo del seminário. El martes fue día de consejo pastoral diocesano, para intentar ver como podemos conseguir sustentar nuestras comunidades, parroquias y diócesis con recursos propios, sin duda un gran desafio, pues estamos todavía muy lejos de conseguirlo. Al llegar por la noche a Andaraí tuvimos el primer encuentro de formación bíblica de este año con las comunidades de Andaraí, estuvimos estudiando el libro de la Sabiduria para ver si aprendemos a hacer las cosas de acuerdo con la sabiduria de Dios. El miércoles fue dia de cuentas y por la noche misa, para después venirnos a dormir a Itaetê. El jueves por la mañana coche de nuevo para Salvador, pues tenía que participar de una reunión informativa sobre la JMJ Rio 2013. Vi la playa, pues estabamos al lado, pero no dio tiempo ni de darse un baño, pues el viernes por la tarde, al acabar la reunión coche de nuevo de vuelta. Dormi en la parroquia de Ipirá, pues el sábado era día de nueva reunión del zonal en Itaberaba y aprovechamos para poner los coches a punto (23.000 kilómetros, neumáticos nuevos..., es lo que hay). Por la noche misa en Andaraí, con muchos jóvenes, lo que es motivo de gran alegría. Ayer domingo misa en ese lugar encantador, que es Igatú, y dos misas más por la tarde y noche para después volver a dormir a Itaetê. Hoy día de San José, fiesta en una comunidad ahora por la noche, Erivaldo se fue con Carlos y algunos jóvenes a la fiesta del Pozo Encantado.
De este estar continuamente en movimiento podemos hacer muchas lecturas. Para alguien que es misionero esta forma de actuar recuerda la necesidad de estar allí donde las personas necesitan de Dios. Hoy comentaba con Erivaldo que la gente de una comunidad de la ciudad de Itaetê reclama porque ahora somos dos padres y no hay misa todos los domingos en su comunidad. Ellos siempre se sintieron con más derechos que los otros, de hecho es la gente que tiene mejor estatus en la ciudad. Si tengo claro una cosa es que no voy a dar privilegios a esa gente (gracias a Dios Erivaldo también piensa así), pues siempre sentí la necesidad de celebrar en los lugares más alejados y donde la gente sufre más, pues estos son los que muchas veces hacen más sacrificios para poder llegar hasta la comunidad. Al mismo tiempo ayer me sentí feliz porque en cuanto celebré misa en una comunidad de la ciudad en Andaraí, otras dos, con gran participación, tanta como si fuese misa, tuvieron su celebración de la Palabra. Celebrar la eucaristía para que alimente la vida del día a día de las comunidades y puedan celebrar la Palabra y descubrir cuánto nos ama ese Dios, que entrego a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna.
Un abrazo.

Comentarios

  1. Qué semana tan llena de VIDA, Luismi. Un abrazo desde el otro lado del charco.

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