El Mundial Manda

Hola a todos/as:

La experiencia de esta tarde me sirve como punto de partida para contar mis últimas vivencias. Fui a celebrar a una comunidad y eramos ocho, dos mujeres, una joven y cuatro niños. Ante esta situación, después de recorrer sesenta kilómetros, volviendo en el coche me preguntaba sobre la situación y me venía a la cabeza la tentación fácil que en estos casos aparece que no es otra que preguntarse si vale la pena acompañar a esta gente. Me respondía a mi mismo trayendo a mi memoria el ejemplo de Pablo y su ardor misionero, las dificultades de las primeras comunidades cristianas...

La semana que ha pasado, una vez más, ha estado marcada por el Mundial, emocionante en estos últimos días. La semana pasada tuvimos las reuniones con las comunidades como sucede toda última semana de mes, aunque a decir verdad fueron poco participadas, pues además del Mundial es tiempo de fiesta y de vacaciones escolares. En las misas pasa lo mismo, la presencia es menor y ha habido días en que no ha habido, como el sábado por la tarde, pues la emoción del partido de Brasil parece que dejó a la gente sin noción del tiempo. Además de esto, los brasileños están convencidos de que soy gafe, pues fui a ver a España y acabó como acabó, me regalaron una camiseta de Italia y corrió la misma suerte y el otro día me puse una de Brasil y las pasaron canutas. El miedo es tanto que intentaron secuestrar la camiseta hasta el final del Mundial.

A pesar de todo ha habido momentos interesantes, fiesta de San Pedro en una comunidad, bautizos de jóvenes en otra, formación de ministros de la palabra y de la eucaristía... En fin, pequeños pasos que vamos dando juntos y que son el motivo de la misión en el día a día, pues ayudan a la gente a encontrarse con Dios y a construir desde su propuesta de vida un mundo mejor para todos y todas.

Un abrazo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuando una lata de mejillones a uno le parece un manjar

Gente que nos hace soñar con un mundo mejor

De la Ceca a la Meca