Días de reencuentros

Hola a todos/as:

Esta semana escribo desde Piritiba, donde estoy acompañando a las comunidades durante estos días. Es la primera semana que paso aquí después de las vacaciones y uno se alegra de reencontrarse con la gente y ponerse al día después de más de tres meses sin pasarse por aquí.

Lo mejor que se puede decir es que sigue lloviendo abundantemente en toda la región, lo que supone una gran alegría para todo mundo, aunque esto provoque algunos trastornos en los caminos. También se ha hundido la rampa que da acceso a un puente, pero la verdad es que ha sido porque estaba mal hecha, pues en cualquier obra se llevan siempre su parte. Aquí en Piritiba hacía muchos años que no bajaba tanta agua por el río, lo que ha llenado el embalse que abastece a varias ciudades de la región.

Por lo demás la semana ha transcurrido entre celebraciones en las comunidades, poner al día las cuentas, visitar a algunas personas, inclusive nuevos miembros de las comunidades que han nacido en estos últimos meses. También hubo un momento para encontrarme con el obispo e intercambiar impresiones sobre algunas cosas.

Uno sabe del esfuerzo que supone desplazarse tan lejos, pero al mismo tiempo va descubriendo señales que muestran que poco a poco los frutos aparecen y se van resolviendo conflictos que habían provocado situaciones que no son propias de quien dice tener fe y la vive en comunidad. 

Es como el arco iris que contemplaba hoy por la tarde cuando iba a celebrar con una comunidad. Este aparece cuando hay una mezcla de lluvia y sol, de nubarrones y claridad. La vida es así y en ella van apareciendo esas señales que nos alegran y nos hace disfrutar más de lo que nos rodea.

Un abrazo.

  

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