Los desafíos son para ser superados

Hola a todos/as:

La vida nos desafía constantemente, también la misión que cada uno debe asumir en el día a día, y en la medida en que superamos esos retos conseguimos que las cosas cambien y se hagan realidad nuestros pensamientos.

Ya estoy sólo, pues la visita se ha ido a pasar unos días en el seminario, junto con Antonio Pintado, el otro español que hay en la diócesis y al que también conoce. Las visitas hacen que uno salga un poco más, pero la verdad es que no ha sido en exceso. En una de esas salidas, volviendo desde Itaetê una piedra de las muchas que hay en lo que un día fue carretera cortó la manguera de la gasolina y el coche me dejó tirado a las diez de la noche. Al final, con la ayuda de un tractor y de Erivaldo conseguimos resolver las cosas sin mayores incidencias.

El resto de la semana fue de celebraciones en las comunidades, reencontrándome con la gente y recibiendo el cariño de aquellos con los que intento acompañar. Lo que más satisfecho me deja es ver como las cosas han seguido caminando en la mayoría de las comunidades en el tiempo en que estuve de vacaciones.

En estos días fui informado que las religiosas que estaban aquí en la parroquia cerraban la casa. La verdad es que la relación personal entre ellas era insostenible y eso dificultaba el trabajo, por lo que la superiora, junto con el obispo, decidieron tomar esta decisión, aunque ahora una de ellas intente echarme una culpa que puedo garantizar que no tengo. Cuando no se asumen los propios errores lo más fácil es buscar excusas, aunque éstas no tengan ni pies ni cabeza.

Este fin de semana participé del encuentro de las comunidades de base del Regional Nordeste 3, que está formado por 25 diócesis, del cual soy uno de los asesores. Fue un encuentro en el que reflexionamos juntos, celebramos y vimos como crear instrumentos que puedan ayudar a la gente a vivir la fe y desde ahí hacer realidad el Reino y construir un mundo mejor para todos. En este sentido, como fue resaltado, el Papa Francisco está ayudándonos a ser cada día más comprometidos.

Continuemos firmes, sin duda vale a pena. Podemos tambalearnos y hasta caer, pero hay que levantarse, pues Dios está con nosotros.

Un abrazo.

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