En la Misión, lo mejor que puedes hacer es perder el tiempo

Hola a todos/as:

Tras una nueva itinerancia, puedo decir que ya he visitado todas las comunidades de la parroquia y que he descubierto que en la misión lo que marca la diferencia es estar presente, dar atención, ver, escuchar...

En el mundo indígena del Río Negro la gente es dueña del tiempo, el reloj es algo que no manda, y lo mejor que uno puede hacer es perder el tiempo, o mejor dicho, lo que en otros lugares y culturas llaman perder el tiempo, sentarse para conversar sin prisas, escuchar historias, reírse con la gente, jugar con los niños...

En esta semana que he pasado en las comunidades del Río Negro, lo que más escuché fue que yo no visitaba la comunidad con prisa y eso me lleva a reflexionar sobre nuestro trabajo evangelizador y misionero. También me hace descubrir cómo la Amazonia me está cambiando poco a poco, ayudándome a entender la vida de una forma diferente.

Cuanto todavía estaba en Manaos, participando del Curso sobre Realidad Amazónica, escribí una entrada en este mismo blog con el título: “O cambias, o es mejor que no te quedes”. Reconozco que la realidad en que he vivido este tiempo, la gente y el propio Dios me han ido cambiando, cambiando a mejor. Soy una persona diferente, con una mirada diferente... y cada vez me importa menos lo que los otros puedan pensar de mi forma de entender la vida. La libertad de los hijos de Dios es lo que nos debe conducir.

Todavía recuerdo mis primeros años en Brasil, cómo me costaba entender los atrasos... La cultura marca la vida de un pueblo y no podemos pretender que todos entiendan la vida de la forma que es entendida en otros lugares. Nuestro mayor error como misioneros es pensar que sabemos más que los otros, que venimos a enseñar, porque la vida y la gente nos va dando cada día lecciones de todo, también de entender a Dios y asumir su forma de vivir, también a quien viene de donde muchos se empeñan en decir que es la cuna de la cultura cristiana...

Tenemos dos ojos y dos oídos, pero sólo una boca. A pesar de eso, nos empeñamos en hablar, decir para los otros lo que tienen que hacer, autoproclamarnos portavoces de un Dios que no siempre se comunica a través de nosotros y se hace más presente en los otros, aunque no queramos verle, escucharle... Por eso, voy a seguir perdiendo el tiempo...


Un abrazo

Comentarios

  1. Gestos, uma presença amiga sempre faz a diferença. A sociedade de hoje não nos permite perder tempo, o velho ditado "tempo é dinheiro" no afasta do ser humano, nos introduz sempre mais num sistema que exclui, distancia e mata. Perder tempo, vale a pena, nos torna próximas, nos humaniza e nos faz sentir o outro/a.

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