Doña Nay, una nueva intercesora que tengo en el cielo

A imagem pode conter: 2 pessoas, pessoas sorrindo, chapéu e óculosHola a todos/as:

Hay gente que aunque muera nunca va a ser olvidado, pues cuando alguien es de Dios su memoria permanece para siempre. La muerte de Doña Nay me ha pillado por sorpresa, como a casi todo el mundo. Desde hace un tiempo estaba enferma, pero uno nunca cuenta con estos desenlaces. Pensar en ella me trae una mezcla de sentimientos, de un lado me vienen lágrimas a los ojos, de otro una sonrisa, pues fueron muchos los momentos de alegría que pasamos juntos y grande el cariño y admiración que yo tenía por ella y que ella tenía por mí, como muchas veces me demostró.

A Doña Nay la conocí al llegar a Brasil, siempre decía que había empezado a participar de la comunidad porque se sintió valorada por mí, aunque a decir verdad nunca hice nada especial. Lo que sí que puedo decir que ella fue cambiando poco a poco y convirtiéndose en una gran misionera, que a pesar de ser analfabeta nos enseñaba las cosas de Dios como los grandes Doctores de la Iglesia. 

Ese es el tipo de gente que más me marca en la vida, aquellos a quienes nunca voy a olvidar, el mejor el ejemplo de que el Reino de Dios pertenece a los sencillos de corazón, a los que se dirigen a Él con el corazón y no con la erudición. Sin duda, ellos son los preferidos de ese Dios que es Madre Misericordiosa.

Sé que tengo una nueva intercesora en el cielo, que al lado de Dios Doña Nay va a seguir cuidando de mí de la misma forma que lo hizo en estos más de diez años que nos conocimos. Seguro que de vez en cuando voy a sentir esa mano que siempre nos hace falta que alguien nos eche.

Un abrazo.

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