Fé en el Resucitado

Acabo de llegar de una misa en la zona rural y lo que vi me ha hecho pensar y por eso quiero compartirlo con vosotros. Como os decía en el post de ayer, está lloviendo bastante y hay mucho barro en los caminos. De hecho ir para la misa ha sido una especie de rally, sobre todo los últimos tres o cuatro kilómetros, pues en algunos sitios era como conducir encima de una pista de patinaje.

Yendo de camino encontré una señora de unos 70 años que iba descalza, después de andar más de dos kilómetros y otro tanto que la faltaba, con los zapatos en una bolsa y barro hasta las rodillas. No quería entrar en el coche porque no quería ensuciarlo... Ella no fue la única que fue en esas condiciones, hubo varias personas que fueron igual que ella y que no encontraron un coche en el camino para llevarles. Nos juntamos más de 60 personas...

Viendo estas cosas unos pueden pensar que esa gente está loca, pero hay otros que quedamos maravillados delante de tanta fé y de la necesidad de celebrar juntos la eucaristía, pues si hoy no participaban, no tendrían posibilidad de hacerlo hasta el día 30 de mayo. Cuando estaba en la parroquia del Pilar en Juan Bravo, a menos de 15 minutos andando desde la parroquia había más de 80 misas cada domingo y algunos todavía decían que no les venía bien la hora...

Vale la pena hacer rally para acompañar a esta gente, uno recibe mucho más de lo que da, sobre todo ejemplos de fe y de compromiso con Dios y con la comunidad de la que participan. Como nos dice hoy el libro de los Hechos de los Apóstoles, la comunidad era un testimonio en la vida de los otros. El desafio es ese, llevar para la vida del día a día lo que Dios nos comunica. Quien lo hace es feliz. Esta gente me lo demuestra cada día.

Un abrazo.