13 años: seguir agradeciendo

Hola a todos/as:




Hoy es uno de esos días en los que darse cuenta de cómo el tiempo pasa rápido. Trece años de ministerio, de muchos lugares y personas con los que compartirlo. Es tiempo de agradecer a Dios que cuida de cada uno de nosotros y hace que esta vasija de barro, que uno es, pueda dar a conocer el gran tesoro del Evangelio a tantas personas que pasan por nuestras vidas.


El fin de semana fue tranquilo. Misas el viernes, la segunda debajo de una lluvia torrencial. Reunión del equipo parroquial de Itaetê y misas en Andaraí el sábado, la segunda con boda de uno de los animadores de una comunidad (uno disfruta cuando ve que quien celebra una cosa cree en lo que hace). La fiesta fue una prueba de lo lejos que estamos aquí de Europa, en todos los sentidos. Ayer misas, por la mañana en Andaraí, por la tarde de camino y por la noche en Itaetê. Cosas cotidianas, pero que dan sentido a lo que empecé hoy hace trece años.


La foto es con unos curas jóvenes de la dióceses. Los últimos en ordenarse. Es bueno relajarse de vez en cuando y disfrutar de la naturaleza tan encantadora que Dios nos ha regalado.


Un abrazo.

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