Cien mil kilómetros de camino y de vida

Hola a todos/as:


La semana ha discurrido, como casi siempre, entre múltiples ocupaciones (este lunes el coche completó cien mil kilómetros en dos años y un mes): fiesta del labrador, misas y reuniones en las comunidades, bautizos, fiesta en la parrroquia de Ipirá... También tuve la suerte de disfrutar de un buen paseo el lunes (viendo la foto os podéis hacer una idea de lo bonito que es el lugar).

Sólo quería escribir la crónica semanal antes de seguir con las tareas, hoy tengo que ir a celebrar en la parroquia donde será el encuentro diocesano de las comunidades en septiembre y mañana asesorar un encuentro en el otro extremo de la diócesis. Grandes distancias, grandes desafios, pero que poco a poco intentamos superar. Vale la pena vender todo para comprar el Reino.

Los desafíos crecen, esta semana visitamos un lugar donde quieren crear una nueva comunidad, en un lugar alejado de todo. Es motivo suficiente para apostar por ese lugar. Como Iglesia debemos estar allí donde muchos no quieren ir. Sólo así podremos ser testimonio para los otros. No importa la distancia, la dificultad para llegar..., lo importante es hacerse presente para que los otros puedan encontrarse com el Dios compasivo que en Jesús se preocupa delante del hambre y sufrimiento de aquellos que iban caminando con Él.


Un abrazo.

Comentarios

  1. ¿Es la Cachoeira do Buracao? Lo parece al menos. Un lugar bonito, donde los haya...
    En agosto quién sabe si no me haré una escapada ahí.

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  2. Efectivamente, un lugar de Dios. Sólo El puede hacer cosas así.

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  3. Saludos Padre; es cierto que que vale vender todo para comprar el tesoro, el Reino.
    Tambien es cierto que en ese lugar alejado de todo está Dios y el Reino esperando.

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