La mejor noticia: llovió

Hola a todos/as:
Una de las mejores cosas que se puede decir actualmente en estas tierras bahianas es que ha llovido. Estamos viviendo la peor sequía de los últimos 50 años y aunque las previsiones eran que sólo iba a llover en septiembre u octubre, la noche del miércoles para el jueves cayeron 70 litros por metro cuadrado, lo que no resuelve el problema, pero lo mitiga en parte. En muchos lugares la situación es crítica y esta lluvia ha devuelto la sonrisa a mucha gente, preocupados por tanto sufrimiento que están pasando.
Esta semana han sido días de reuniones y formación en las comunidades. El lunes la reunión fue de la coordinación diocesana de pastoral en Ruy Barbosa. No siempre es fácil encontrar caminos para que la pastoral pueda avanzar y sobre todo es complicado que muchos quieran entrar en el camino común diocesano. El individualismo y el sentirnos mejores que los otros está presente en todos los ámbitos de la sociedad, también en el eclesiástico. A pesar de todo no podemos desistir en el empeño. El martes por la mañana fue momento para hacer cuentas y poner la economía al día, así como ver como andan algunas obras que estamos haciendo en Andaraí. Por la tarde reunión con el ecónomo diocesano y los padres y secretarias de varias parroquias de esta parte de la diócesis y por la noche curso de formación bíblica con las comunidades de la ciudad en Andaraí.
El miércoles, ya en Itaetê, conseguimos tener encuentro de formación en seis comunidades, tres de la zona rural y tres de la ciudad. Estamos reflexionando sobre la importancia del bautismo como camino para el discipulado e intentando ayudar a entender lo que significa el bautismo y los compromisos que supone, que son recogidos en las orientaciones diocesanas, pero que no siempre son aceptados de buen grado. El jueves, después de la lluvia abundante seguimos con la formación en las comunidades y al mismo tiempo haciendo un poco de rally entre tanto barro en los caminos, que ensucia los coches, pero alegra la vida de tanta gente y evidentemente la nuestra.
Hoy por la mañana participé de una cosa interesante, pues una escuela organizó una jornada de concientización con los alumnos sobre el uso racional del agua. Salimos por la calles de la ciudad con pancartas y fuimos en el río, prácticamente seco, para hacer un momento de oración. Son cosas pequeñas, pero que pueden ayudar, sobre todo a los más jóvenes, a tomar conciencia de la importancia del agua en la sobre vivencia del planeta, de la especie humana. Siempre que se de estas iniciativas procuro estar presente.
Esperemos que pueda llover un poco más para que el sufrimiento, especialmente de los más pobres, que al final son los que peor lo pasan, sea menor. Ya os contaré lo que pasa.
Un abrazo.

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