¡Gracias por ser tan especial!

Hola a todos/as:
A veces la misión nos lleva a estar distantes en momentos en los que nos gustaría estar al lado de aquellos que son importantes en nuestra vida. Hoy tengo sentimientos encontrados, no puedo decir que esté triste, pues la fe en la resurrección me lleva a vivir este momento con esperanza, pero al mismo tiempo tengo aquella sensación humana de vacío que provoca el saber que nunca más vas a encontrarte físicamente con alguien. A pesar de todo agradezco a Dios el haber podido conocer y disfrutar tanto con mi abuelo Baudilio, que ayer repentinamente murió mientras comía. 
El mejor homenaje que se le puede hacer es reconocer su capacidad que tenía para hacerse querer, su forma de ver y entender la vida, su capacidad para hacernos reír. Puede ser pasión de nieto, pero de verdad era como le veía, como alguien diferente, especial, con quien a uno le apetecía estar. Son tantos los momentos inolvidables que pasamos juntos... Tenía esa sabiduría que no se aprende en los libros, pero que permite a las personas conversar sobre muchas cosas con gente diferente. Sin duda, siempre fue alguien en quien intenté ver un camino a seguir. Al final lo que queda es eso y lo que hace que las personas no mueran es el recuerdo perenne de alguien con quien nos gustaría estar siempre.
Por lo demás, pues la vida continua, esta semana estuvo marcada por la fiesta de San Antonio, que junto a San Juan y San Pedro, hacen que este mes de junio sea diferente en el nordeste brasileños. Es un mes de fiestas populares, familiares, donde la gente disfruta de aquello que desde niños siempre vivieron. La situación de sequía por la que estamos pasando hace que este año las fiestas sean más modestas, aunque al mismo tiempo, la pre-campaña política en los municipios hace que muchos alcaldes no dejen de hacer fiesta, pues el viejo dictado de pan y circo sigue muy presente por aquí.
El fin de semana lo pasé en Itaetê. Fue interesante la reunión del sábado por la mañana con los responsables del bautismo en las comunidades. Las orientaciones diocesanas de pastoral cambiaron y muchos no quieren aceptarlas, pero al mismo tiempo veo cómo los que son responsables están en el mismo barco, a pesar de que muchas veces sean ellos quienes tienen que aguantar las reclamaciones de aquellos que ven la Iglesia como un supermercado al que vas cuando necesitas alguna cosa y con el que evidentemente ni tienes ni quieres tener ningún compromiso.
No es fácil dar pasos hacia adelante, ayudar a entender actitudes nuevas, que nos llevan a tomar postura, a comprometernos con aquello que decimos ser. Construir el Reino es una tarea complicada, que se lleva a cabo plantando granos de mostaza, que aparentemente son poca cosa, pero que con el tiempo crecen y se convierten en lugar de refugio que nos ayuda a superar las dificultades del día a día.
Un abrazo.

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