Loco por Jesucristo

Hola a todos/as:
Las cosas sólo cambian cuando damos pasos decisivos y tenemos actitudes que sirven como elemento que ayuda a las personas a cuestionarse sobre aquello que sucede en la vida cotidiana. Estos últimos días sirvieron para eso, para dar nuevos pasos que ayuden a las personas a tomar conciencia de que nadie es más importante que los otros por el cargo que ocupa y que tenemos que defender aquello que es nuestro ante los ataques de gente que no es capaz de ver más allá de su propia nariz.
Desde la última entrada hace una semana hubo muchas cosas que valieron la pena. El martes y miércoles celebré en dos comunidades de la zona rural de Andaraí, comunidades pequeñas, pero que siguen caminando. En ambos casos me sorprendió la buena participación, pues la situación por la que están pasando no es fácil. La falta de agua condiciona la vida del día a día. Después de la misa, el miércoles fui para Ruy Barbosa para celebrar en la catedral, pues está siendo la trecena de San Antonio, patrono de la diócesis. En realidad era Erivaldo quien debía celebrar, pero un dolor de dientes, con la consiguiente visita al dentista, no le dejó. Volví el jueves por la mañana para celebrar el Corpus en Andaraí, con procesión bajo palio y todo, de lo más solemne. El viernes misa por la tarde y por la noche di un testimonio sobre lo que es ser misionero en el encuentro de formación del equipo misionero de la parroquia de Itaetê. Estuvieron reunidos todo el fin de semana y por lo que sé fue estupendo. Participaron unas 30 personas, la mayoría jóvenes, que sienten cómo Dios es cada día más importante en su vida y cómo es desafiante anunciar eso a los otros, siguiendo aquello que Jesús nos manda en el Evangelio y nos recuerda el Documento de Aparecida de ser discípulos misioneros.
El sábado por la mañana había sido invitado para participar de la entrega de la reforma de la Iglesia de Igatú, que es una comunidad de la parroquia de Andaraí. Es una Iglesia que está catalogada por el Instituto de Patrimonio Histórico Artístico Nacional (IPHAN), que fue quien hizo la reforma, desviando demasiado dinero dicho sea de paso. Dijeron que empezaría a las 9 y que hiciese una celebración breve para no alargar mucho la cosa, pues después tenían que inaugurar otras cosas. Empezamos a las 9:45 (aquí la puntualidad no es inglesa). Después de las 10 llegó el Director del IPHAN en el estado de Bahía, indignado porque no le había esperado, llegando a llamarme de clérigo sin educación, a lo cuál no respondí porque no vale la pena... Él mismo se retrató, pues quedó mal con todo mundo. El problema es que hay gente que se cree dueño del mundo y no deja de ser un don nadie. Lo mejor fue sentir el apoyo de la gente. Por la tarde y por la noche celebré en la zona rural y todavía hubo tiempo para participar de una fiesta en la que el hijo de un matrimonio que participa de la comunidad de Aparecida, celebraba que había concluido la carrera de biología. El esfuerzo de una familia pobre para que los hijos estudien es grande y por eso me hace feliz ver el esfuerzo que han hecho para llegar a este momento, expresado con lágrimas de emoción.
El domingo, acompañado de la hermana Jacira, celebré en las comunidades y todavía hubo tiempo para ver el partido con los italianos de Andaraí. El empate nos dejó a todos contentos. La lectura del Evangelio, en la que los que mandan quieren desprestigiar a Jesús, me recuerda muchas situaciones vividas en estos últimos años siempre que me enfrenté a los que mandan y denuncié tantas tropelías que son cometidas a costa de los pobres y cómo ellos siempre están dispuestos a hacer cualquier cosa para no caer del pedestal. Puedo decir que eso me hace sentirme plenamente feliz, pues me ayuda a intentar vivir como aquel en el que creo.
Ayer lunes, de nuevo viaje para Ruy Barbosa (fui cuatro veces en diez días...), pues teníamos coordinación diocesana de pastoral. Fue una reunión de los más productiva en la que además de los habituales participaron el padre que acompaña la pastoral de la juventud y los dos coordinadores de la JMJ en las diócesis belgas de lengua flamenca, Peter e Aneline, pues con motivo de la JMJ 2013, 200 jóvenes belgas participaran de la semana misionera previa en nuestra diócesis, lo cual es motivo de gran alegría. Parece que un grupo de italianos de la diócesis hermana de Reggio Emilia también estarán por aquí.
Por la noche participé de la reunión de los concejales de Andaraí, dónde había pedido la palabra para hablar sobre la fiesta del Divino. Una concejal, que ya había hablado al finalizar la procesión, dijo en la reunión de la semana pasada que su nieto no podía ser emperador por imposición de la Iglesia. Ante esa difamación lo lógico era responder donde ella habló. La muy cobarde, que sabía que yo iba a hablar, no participó de la sesión (estaba en la ciudad que yo la vi por la tarde) y otros tres sin vergüenzas, aliados suyos se levantaron y se fueron. El problema es que esta fiesta, tradicionalmente fue una cosa de los ricos y los que piensan que mandan no quieren perder privilegios. Poco a poco las normas que fueron aprobadas en el consejo parroquial van impidiendo que aquellos que no participan del día a día de las comunidades puedan ser emperadores y eso provoca resquemores. Lo que dejé claro es que en las cosas de la Iglesia manda el consejo parroquial y a quién no le guste... La mayoría de los líderes de las comunidades de la ciudad estaban en la reunión, una prueba de que unidos conseguiremos aquello que buscamos.
Un abrazo.

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