Convertirnos a Dios y su proyecto

Hola a todos/as:
El inicio de la cuaresma ha sido tranquilo, sin grandes sobresaltos, intentando hacer las cosas del día a día de la mejor manera posible, acompañando la vida de las comunidades, intentando descubrir como Dios nos habla y como somos llamados a descubrir lo que nos está comunicando, especialmente en este tiempo de conversión que estamos viviendo. Al final, para convertirnos necesitamos saber lo que Dios está pidiéndonos y eso sólo se consigue en la medida en que caminamos cerca de Él.
Poco a poco, especialmente en la zona rural, la gente va entendiendo la diferencia entre los diferentes tiempos litúrgicos. Todo es cuestión de explicar, de trabajar, de ayudar a conocer, de evangelizar... de ayudar a sentir cómo Dios está presente en nuestra vida de diferentes modos. Durante mucho tiempo, la presencia en la zona rural era esporádica y limitada sólo a las celebraciones de los diferentes sacramentos, pero sin hacer un trabajo más evangelizador. Sin embargo, es en la zona rural donde mucha veces uno se sorprende más con las pequeñas cosas que uno descubre, con las actitudes de la gente, una adolescente que hace una monición de entrada en la misa, sin papel, que te deja de boca abierta, alguien que hace una oración por el Papa Benedicto sin saber muy bien de dónde ha salido la hoja de la oración, una familia que va cinco kilómetros de noche en un caballo y un burro con sus hijos de seis y menos de un año para participar de la misa... Son cosas que nos llevan a descubrir que Dios está ahí y que tenemos que convertirnos, ser menos teóricos, menos de hablar y más de comprometernos.
De viernes a domingo celebré en las comunidades y viví esas y otras muchas cosas, lunes y martes estuve preparando la asesoría que haré este fin de semana en la reunión regional de las comunidades de base y el curso de liturgia del martes por la noche con las comunidades de la ciudad, que es una cosa nueva de este año. Ayer fui a los médicos, quienes me dijeron que la salud va mejorando poco a poco, lo cual es sin duda buena noticia. Hoy continué preparando el encuentro del fin de semana y por la tarde-noche celebré en dos comunidades. En la última disfruté de la puesta de sol que os enseño en la foto. ¿Bonita, no? La verdad es que muchos días son así.
Todo es obra de Dios, depende de cada uno que lo quiera descubrir o no. Eso también es entrar en el camino de la conversión.
Un abrazo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuando una lata de mejillones a uno le parece un manjar

Gente que nos hace soñar con un mundo mejor

De la Ceca a la Meca