Demasiadas emociones en poco tiempo

Hola a todos/as:
Desde la última vez que escribí he vivido emociones que me han llenado de alegría por diferentes motivos. Siempre me ha gustado cumplir años y poder celebrar ese día como un momento especial, pues en un año sucenden muchas cosas. Este año la celebración fue especial, pues se juntó mucha gente (unas sesenta personas) e hicimos una fiesta de lo más alegre. Todo ello unido a las muchas felicitaciones que recibí, personalmente, telefónicamente o virtualmente y que son una prueba de que mucha gente forma parte de mi vida, lo cual siempre es algo bueno, pues se puede contar con muchos de ellos en diferentes momentos.

El fin de semana fue tiempo de celebraciones en las comunidades. Este año la mayoría de las misas son el fin de semana, dado que el número de comunidades es menor y puede participar más gente que durante la semana. La mayoría fueron en la zona rural, sólo celebré en la ciudad el domingo por la noche.
El lunes por la mañana, aprovechando el carnaval, que aquí es fiesta, me fui una vez más al Valle del Paty, un lugar mágico, de esos a los que nunca te cansas de ir. Es la tercera vez que voy y nunca me deja de encantar. Vale la pena enfrentar la caminata para llegar, pues es un lugar al que no llega ningún tipo de vehículo. Todavía viven algunas personas, que acogen a los turistas en sus casas, lo que se ha convertido prácticamente en la única fuente de ingresos y por tanto de sobrevivencia. No es fácil vivir permanentemente allí, pues hay momentos en los que delante de las necesidades no es fácil salir de allí con urgencia.

A la vuelta el miércoles de ceniza, pues allí no llegan esas cosas, me enteré de la renuncia del Papa. Al principio me produjo cierta sorpresa, pues no deja de ser algo inusual, pero puedo decir que me parece una decisión sensata, que demuestra humildad de su parte y que sin duda marcará un antes y un después en la vida de la Iglesia. Espero que sea un momento que nos ayude a todos a reflexionar sobre lo que es importante para continuar caminando y evangelizando a un mundo que necesita de Dios. Por lo que veo y escucho, parece que la mayoría de la gente ha entendido la decisión.
Ayer por la noche celebré la misa de miércoles de ceniza en la ciudad y hoy he celebrado en una comunidad de la zona rural. Espero que este tiempo de cuaresma nos ayude a todos a entrar en el camino de la conversión y a entender lo que Dios quiere de cada uno de nosotros.
Un abrazo

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