Robar a espuertas, sufrir demasiado

Hola a todos/as:

Dicen que Brasil es la quinta economía del mundo y ante esas cosas uno se queda con cierta duda, porque la verdad es que no se nota mucho. La gente cada vez sufre más y los políticos cada día se ríen más de aquellos que sufren las consecuencias de su falta de vergüenza, que no es poca. Digo esto por cosas que han pasado esta semana y que me lleva a indignarme delante de esas situaciones. El lunes dos hermanos Itaetê, uno de ellos animador de una comunidad, tuvieron un accidente de moto, atropellaron un potro. La suerte es que iban despacio y con casco. Les llevaron para el hospital, uno de ellos tenía una fractura abierta en la pierna, se quedó allí toda la noche y sólo por la mañana le llevaron para Ruy Barbosa, dónde esperó varias horas para ser atendido y hacerle una radiografía. Al final, como no le podían operar, pues había pasado mucho tiempo, le pusieron una escayola y le mandaron para casa... Me acaba de llamar Erivaldo y me ha dicho que ha habido otro accidente de moto de un padre y dos hijos pequeños, que se los han llevado bastante graves para Salvador. Imagina mas de 400 km en ambulancias que se caen en pedazos por carreteras infernales. Falta de atendimiento, de aparatos básicos, de medicinas... En cuanto eso pasa, el miércoles era juzgada mi amiga la alcaldesa de Itaetê por comprar votos en las últimas elecciones. De ella sólo puedo decir que es ladrona profesional y que dudo que sea condenada, todavía no ha salido la sentencia. La gente sufre las consecuencias de la falta de vergüenza de estos ladrones, que cada día se enriquecen más, dejando a la gente sin nada. Y eso pasa en la mayoría de los sitios...

Pero bueno, no perdamos la esperanza. Hay cosas que nos llevan a eso, aunque no se vea solución a corto plazo. Todo depende de la toma de conciencia de la gente. Intento trabajar en este sentido, pero no es fácil. Esta semana tuvimos forum de la ciudadanía y espero que poco a poco sea lugar donde las cosas puedan mejorar y la gente tomar conciencia de los problemas sociales. También tuvimos reunión del clero, que poco a poco va cambiando de cara, pues cada vez son más los curas jóvenes y los brasileños, cosa buena sin duda para todos.

Otro problema serio es el de las drogas, que junto con el alcoholismo, acaba poco a poco con la gente. El miércoles por la noche uno, borracho y drogado, quemó la casa de sus padres, gente de la parroquia. Son situaciones que me llevar a reflexionar y en cierta medida me siento impotente, pues no veo soluciones fáciles para resolverlo.

Junto con esto, las celebraciones en las comunidades, cuidar de la obra en la casa parroquial y otras pequeñas cosas han ocupado mi semana. Que el tiempo de Pascua nos ayude a continuar descubriendo la presencia del Resucitado que llena de Vida nuestro día a día. Eso es lo que nos da esperanza para continuar creyendo en la construcción del Reino de Dios, Reino de Justicia para todos y todas.

Un abrazo.