Y Brasil se echó a la calle

Hola a todos/as:
En estos últimos días Brasil se ha vuelto el centro de la noticia, no sólo por la Copa de las Confederaciones, sino también por las revueltas populares que están sucediendo. Comenzaron en las grandes ciudades, pero poco a poco están extendiéndose a ciudades de tamaño medio y amenazando la estabilidad política del país. El gobierno todavía piensa que es para pedir que no suba el precio del transporte público, que es verdad fue uno de los motivos iniciales, pero detrás de todo eso está en juego un sistema social y político caduco y corrupto, que muestra que en este país no es oro todo lo que reluce. El problema principal, y que difícilmente será resuelto es el de la corrupción de los políticos, pero también de la mayoría de la gente. Aquí se gasta más en pagar sueldos a los políticos electos en los diferentes niveles que lo que se destina a educación y salud. Además está lo que roban, que no es poco, ni mucho menos. Delante de esta situación la gente tenía que reaccionar. Ya debían haberlo echo hace mucho tiempo, pero mejor tarde que nunca, y aprovecharon este momento en que todo el mundo está mirando para Brasil para decir que las cosas no pueden seguir así. La cosa no se cómo ni cuándo va a acabar.
El fin de semana fue para celebrar en las comunidades, tanto de la zona rural como de la ciudad. El lunes fue día de relax, pero por la noche aproveché para ir a la reunión de los concejales. Martes y miércoles tuvimos reuniones en las comunidades. Estuvimos planeando el mes de julio, sobre todo la semana misionera, que será antes de la JMJ. Aquí vendrán ocho jóvenes belgas y haremos misión en la ciudad y algunas comunidades de la zona rural, sobretodo aquellas que tienen grupos de jóvenes. También organizando cómo trabajar los encuentros de reflexión en las comunidades sobre cómo ser comunidades de base.
EL jueves fue día para hacer cuentas y estuve comiendo con la familia italiana que ha estado aquí durante dos años haciendo misión y por la noche tuvimos una misa de despedida. La verdad es que hay que tener mucha fe para dejar todo en Italia y venirse con dos niños pequeños a ser misioneros. Les admiro y les agradezco todo lo que han hecho por las comunidades, pero por encima de lo que han hecho, su presencia entre nosotros. Hoy viernes la misa fue en la zona rural.
En estos días estamos en tiempo de fiesta. San Juan es la fiesta más importante del año en esta región de Brasil y la alegría contagia a todo mundo.
Un abrazo a todos/as.

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