Dios es el mejor artista

Hola a todos/as:
Las manifestaciones artísticas nos ayudan a descubrir la belleza de las cosas y todo lo que es bello nos refiere a Dios. Estas manifestaciones son variadas, pero en la medida en que se muestran como arte nos hacen disfrutar, sentirnos bien. De jueves a sábado de la semana pasada asistí a estas manifestaciones artísticas en el festival de Igatu, como ya os contaba la semana pasada. Todo esto combinado con las celebraciones en las comunidades, casi todas en la zona rural, en lugares pequeños, poco importantes, pero donde la gente, a través de su compromiso cotidiano consigue provocar mudanzas concretas, a veces extraordinarias. Es gente poco instruida, por falta de oportunidades, pero muchas veces sabia, que hacen cosas que siempre me ayudan a crecer en mi vida de fe. Recuerdo ahora la misa del domingo por la mañana y la comida posterior en la comunidad, como expresión de que la fiesta eucarística continua, se prolonga en el compartir la comida con todos los presentes. Para ellos es motivo de gran alegría que yo participe de ese momento, donde de una forma distendida hablamos sobre lo humano y lo divino y estrechamos lazos que después permiten que el proceso evangelizador fluya con mayor naturalidad y por tanto eficacia.
Pero sin duda el mejor artista es el propio Dios, ese Dios que es creador, generador de vida. Digo esto en consecuencia de los dos días que pasé pedaleando por la Chapada Diamantina y que sin duda fueron tiempo para mucho más que dar pedales, pues en la soledad de una naturaleza desbordante la oración brota del corazón. Rezaba con el Salmo 8 (Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!... Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado, ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder?) o con el Cántico de Daniel (Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos), era una oración que salía de la contemplación de tanta cosa bonita que Dios coloca en nuestra vida y que no siempre somos capaces de descubrir, apreciar y agradecer por ello.
Ayer celebré en una comunidad de la zona rural de Itaetê, pues Erivaldo está en una reunión en Salvador durante esta semana. Fue una buena ocasión para rever a la gente y encontrarme especialmente con Nay, una mujer analfabeta, pero que es una gran misionera y que consigue que la comunidad continúe caminando. A veces dice cosas que no se de donde salen y que me demuestran que las cosas de Dios no siempre se aprenden en los libros ni en las facultades de teología. Ella dice que todo lo que es hoy en la comunidad me lo debe a mi, pues en la primera misa en la que participó conmigo se encantó y que después yo la valoré y eso la llevó a cambiar de vida. La verdad es que ella antes de eso bebía mucho y después dejó de beber, empezó a acompañarme en otras comunidades, a participar de las misiones de la parroquia y de la diócesis. Sólo por eso, para mi valió la pena los seis años que estuve acompañando las comunidades de Itaetê.
Ayer también me enteré que unos locos, pues no tienen otro nombre, de una iglesia evangélica, aunque más bien habría que llamarla de secta, rompieron unas imágenes que estaban en un oratorio. Lo hemos denunciado en la comisaría y esperamos que sean condenados, pues hay cosas que no se pueden tolerar de ninguna manera. Cada uno es libre de creer en lo que quiera, pero el respeto por los otros debe ser condición previa a todo lo demás.
Hoy he acabado de colocar la mudanza de la semana pasada (siempre fui un poco dejado para esas cosas) y he celebrado en una comunidad de la zona rural.
También es noticia el frío que hace (frío brasileño), cosa poco común, pero que este año ha sido más acentuado de lo que acostumbra. De hecho estoy escribiendo con chaqueta y no siento nada de calor y además de eso en los últimos tres meses la manta, aunque sea fina, no ha salido de la cama. Otros años aparecía como máximo dos o tres días. Esto como anécdota.
Abramos los ojos para apreciar el arte que nos rodea, especialmente el arte de Dios.
Un abrazo.

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