Comunidades con rasgos familiares

Hola a todos/as:
De vuelta de celebrar en una comunidad os cuento como ha discurrido la última semana, que a grandes rasgos no ha tenido grandes cosas a destacar, pero si que ha habido elementos que llevan a pensar, a reflexionar, a descubrir aquello que nos lleva a encontrar experiencias que nos ayudan a crecer.
Hoy quería reflexionar sobre el sentido de familia que formaba parte de las primeras comunidades cristianas y que aparece relatado en el libro de los Hechos de los Apóstoles. Digo esto a partir de lo que he vivido en los últimos meses en una comunidad. El lugar de la celebración amenazaba ruina y decidieron, con buen criterio que las celebraciones, también las misas, fuesen en las casas. Así ha sido en los últimos tres o cuatro meses, hasta que el edificio sea construido de nuevo (ya han hecho buena parte de los adobes). La gente llega, entra en la casa, habla con unos y con otros, celebra y después toma alguna cosa,que es ofrecida como señal de acogida. 
Muchas veces he resaltado el sentido de fiesta que para mucha gente por aquí tiene la misa y este es un elemento a más que demuestra eso. No podemos dejar que la celebración se vuelva una cosa sin vida, dónde vamos como autómatas y parece que ni conocemos, ni queremos conocer a nadie. El sentido de comunidad no puede desaparecer, pues con ello estaremos perdiendo uno de los elementos fundamentales del cristianismo. ¿Acaso podemos hablar de fraternidad si eso no se traduce en elementos concretos en nuestra forma de vivir y celebrar la fe?
Aquí el día de Todos los Santos no es fiesta y se celebra el primer domingo de noviembre, pero si lo es el día 2, día de los difuntos. Tuvimos misa en el cementerio por la mañana y por la tarde fue la celebración de la que he hablado. El domingo también fue día de celebraciones y en ese sentido celebrar la fiesta de Todos los Santos nos lleva a pensar en tanta gente buena que ha formado o forma parte de nuestra vida y que nos ayudan a descubrir a través de ellos a ese Dios en el que creen y del que son claro reflejo. Pienso en personas concretas que dan o han dado la vida por los otros, por el Reino, y que sin estar en los altares sí que están en la memoria y en el corazón de mucha gente. Sigamos su ejemplo, pues ellos nos ayudan a entender mejor la forma de ser de Dios.
Un abrazo a todos/as.

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