Un Santo Misionero

Hola a todos/as:

Hoy es un día importante para la Iglesia de Brasil, pues el jesuita español José de Anchieta, considerado el apóstol de Brasil y principal evangelizador de estas tierras en la segunda mitad del siglo XVI ha sido canonizado por el Papa Francisco. Sin duda fue un adelantado a su tiempo, pues en una época en que en las universidades europeas se discutía si indios y negros tenían alma, o sea si eran personas o animales, Anchieta fue su gran defensor frente a los abusos de los portugueses, llevando a cabo una preciosa labor en todos los sentidos y campos, favoreciendo la promoción humana de los indígenas.

Anchieta fue uno de los iniciadores de una misión que hoy continua y que también tiene sus desafíos. Como misionero me siento llamado a continuar esa labor, siguiendo el espíritu del nuevo santo canario-brasileño, respetando la cultura y forma de entender a Dios de esta gente. Para eso intento ayudar a la gente a crecer, tanto en el aspecto humano como en el espiritual. 

La semana que pasó fueron las reuniones mensuales en las comunidades. En la zona rural iniciamos la formación para los ministros, más bien ministras, de la Palabra, intentando colocar en su cabeza, para después colocar en la de todo mundo, que todos podemos ser instrumento de Dios y ayudar a la gente a encontrarse con Él. No es fácil hacer realidad la propuesta del Concilio Vaticano II y en la cabeza de la mayoría de la gente, laico todavía es aquel que no sabe... con lo que la dependencia del clero continua.
Una prueba de este poco convencimiento de la importancia de los laicos fue el encuentro diocesano que tuvimos el sábado en el que la representación de las parroquias fue mínima.

Celebrar misa es una de las cosas que forma parte de mi vida misionera, celebro una vez por mes en cada comunidad, pero eso no es suficiente para que la cosa camine como debería. Por eso la importancia de los laicos para realizar el trabajo del día a día.

El lunes fue día de disfrutar de un buen paseo de bicicleta para poder llegar a una de las cascadas más bonitas de la región (230 metros de altura). Nunca me canso de ir a esos sitios y así recargar las baterías nuevamente. Ayer, martes, día de pasar por los médicos para colocar la columna en su lugar y poder continuar yendo de un lado para otro, ayudando a que las comunidades y la gente pueda crecer. Por la noche tuvimos la reunión del Forun de la Ciudadanía, en el que poco a poco se van denunciando situaciones que están ahí y que muchas veces no son resueltas por los gobernantes. Enseñar a reclamar los derechos es un desafío aquí, acostumbrados durante muchos siglos a ser esclavos.

Seguimos caminando, que siempre es un desafío. 

Un abrazo.

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