Ayudar a soñar

Hola a todos/as: 

Algunos se pueden preguntar el porqué de haber tardado más de la cuenta en escribir. La razón es fácil, demasiado trabajo y falta de tiempo. Mirando para el último día en que escribí alguna cosa por aquí puedo decir que desde aquel día fue un ir y venir constante. El domingo 3, que aquí en Brasil era el día de los sacerdotes, participé de la celebración que encerraba la semana misionera diocesana por la mañana y a la vuelta para Piritiba celebré en dos comunidades de la zona rural y en la ciudad. El lunes por la mañana, de nuevo en la carretera para participar de la reunión del clero que durante dos días nos encontramos en el seminario. A la vuelta todavía dio tiempo a celebrar en una comunidad de la zona rural.

El miércoles de nuevo más carretera, pues participé del entierro del padre del diácono de nuestra diócesis. Vuelta corriendo para resolver temas burocráticos en el juzgado y por la tarde-noche dos celebraciones en la zona rural. El jueves entrevista con unos novios que después de treinta años de matrimonio civil decidieron casarse en la Iglesia, hacer las cuentas del día de las familias que tuvo lugar en el mes de julio en la parroquia de Piritiba y por la tarde-noche misa en tres comunidades de la zona rural. El viernes, de nuevo cuentas, visitas, confesar a los que iban a hacer la Primera Comunión y dos misas en la zona rural.

El sábado tuvimos la reunión con los animadores de las comunidades por la mañana y por la tarde dos celebraciones en la zona rural y otra en la ciudad, donde fue la boda de la que hablaba antes (en una semana fueron cuatro bodas) y la abertura de la Semana Nacional de la Familia.

El domingo después de levantarme pronto, cogí el coche y vine a celebrar la fiesta en una comunidad de Andarai, otras dos misas en la zona rural por la tarde y por la noche misa de la novena de la parroquia, pues el día 15 celebraremos la fiesta de la patrona, Nuestra Señora de la Gloria. Ayer, que en teoría es día de descanso, tuve fiesta en otra comunidad de la zona rural.

Hoy de nuevo coche para ir a los médicos a 150 km de aquí... a la vuelta misas en dos comunidades. El médico me dijo que debería tomarme la vida con más calma... La verdad es que hasta me gustaría, pero últimamente está un poco difícil.

De todo esto me quedo con varias cosas, que me muestran que el esfuerzo vale la pena, que las comunidades poco a poco se organizan, que la gente va descubriendo cosas nuevas y se va interesando por las cosas de Dios, por construir un mundo mejor para todos y todas. Hay fallos, pero también señales de esperanza... Espero que un día la gente pueda realizar sus sueños, sobre todo aquellos a los que muchos no quieren dejar soñar... Uno está aquí para eso.

Un abrazo.

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