Nadie es mejor que nadie

Hola a todos/as:

Ya llevó más de una semana conociendo el Río Negro, sus gentes y costumbres y poco a poco voy descubriendo elementos que me ayudan a entender un poco mejor la realidad. Conviviendo con la gente uno va viendo que muchas veces nuestros prejuicios nos impiden darnos cuenta de todo lo bueno que hay en otras personas, culturas, realidades y que nuestros prejuicios o ideas preconcebidas  nos alejan de muchas cosas que nos enriquecen cuando las vamos conociendo. En el fondo, siempre nos sentimos mejores...

La participación de la gente en la vida de las comunidades me ha sorprendido gratamente. El domingo presidí dos misas, una en la catedral y otra en la Parroquia de Don Bosco y las dos estaban llenas, con más de 250 personas en cada una. Mucha gente, teniendo en cuenta que ese día en la ciudad había al menos otras 8 misas. Además de eso la organización es bastante buena. No sé como será en las parroquias del interior. 

Mañana iré a celebrar durante el fin de semana en una parroquia del interior que no tiene cura desde principio de año. La última misa fue en Semana Santa. Serán unas seis horas de lancha de motor subiendo por los ríos. Una nueva aventura, pero que vale la pena, pues eso da la posibilidad de poder celebrar con la gente y descubrir en la convivencia cosas nuevas, que seguro me ayudarán a crecer en mi vida personal y ministerial.

Poder saciar un poco la sed de Dios es una inmensa alegría que hace que el agua de Dios que cada uno tiene dentro no se acabe nunca. Instalarnos y querer responder sólo a nuestros deseos para satisfacer nuestras necesidades personales hace que nuestra vida se seque y poco a poco se convierta en un desierto, sin frutos, sin Dios...

El desafío es caminar con la gente, aprender mucho para poder enseñar un poco, descubrir las señales de Dios en los otros, pues Él se comunica en quien está a nuestro lado, en la naturaleza que Él creo y que los indios han sabido preservar con maestría, en cada rincón y situación. Dios no está lejos, está en medio de nosotros... ¿Cuándo vamos a entender eso?

Un abrazo.




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