¿Sabes que Jesús Resucitó? Entérate, pues eso nos hace vivir de forma diferente
Poco a poco me voy
sorprendiendo con lo que estoy conociendo en estas pocas más de dos semanas que
llevo en Parí Cachoeira. Estos días han coincidido con la Semana Santa y he
visto cosas que llevan a pensar en cómo enfrentar los desafíos que voy percibiendo,
sabiendo que en primer lugar es necesario saber si eso que veo como desafío es
algo más que simples percepciones personales.
La primera cosa que me
sorprende es la gran presencia de gente en las celebraciones, inclusive muchos
jóvenes, adolescentes y niños y me pregunto cómo acompañar a tanta gente,
misión que se complica todavía más en función de la cultura, lengua, costumbres,
forma de ser… tan diferentes. No estoy acostumbrado a que estén presentes en la
Iglesia la gran mayoría de la población y ese es un potencial enorme, que no
puede ser perdido, todavía menos por falta de acompañamiento por mi parte.
Todo esto es una señal de
esperanza, de posibilidad de vida, de Resurrección, que, con la ayuda y la
implicación de todos, debe crecer cada día para que el Reino de Dios esté cada
vez más presente entre nosotros. Al fin y al cabo, la Pascua es tiempo para
apostar por la vida y mostrar que desde la fe podemos vivir en plenitud, ser
plenamente felices y, lo que es todavía mejor, hacer más felices a aquellos con
quienes convivimos en el día a día.
Por ahora sólo he conocido
la comunidad donde vivo y algunas más próximas. A partir de ahora voy a ir
conociendo otras más distantes, aunque la poca agua en los ríos está
dificultando los desplazamientos. Una consecuencia más del cambio climático,
pues en esta época del año ya debería estar lo suficientemente lleno como para
poder llegar en cualquier lugar.
En estos días de Semana
Santa me ha sorprendido la gran cantidad de confesiones y he disfrutado viendo
cómo cantan en su propia lengua. Siempre he defendido la necesidad de una
evangelización inculturada y estas cosas ayudan a que la gente sienta que el
Evangelio es algo próximo, que forma parte de su vida cotidiana. Por ahora no
entiendo nada y éste es un nuevo desafío, aprender una nueva lengua, que no
parece fácil, pero eso no puede ser impedimento para dejar de intentarlo y así
poder establecer una relación más profunda con la gente.
Nada es imposible, aunque
humanamente pueda parecernos que a veces sea así. La fuerza de Dios nos lleva a
hacer realidad lo que nadie espera. La Resurrección de Jesús es la prueba más
clara de esa fuerza que nace de Dios y que transforma en Vida lo que parece que
no tenía solución. Creamos en eso y sintamos que esa Vida que nace del
Resucitado nos llena y nos lleva a vivir de una forma nueva, diferente y llena
de sentido. Seamos testigos de eso, pues la misión nos lleva a eso.
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