Gracias a la vida... que me ha dado tanto
Hay fechas que están marcadas en el
calendario, momentos que nos ayudan a descubrir la necesidad de
agradecer, pero también de hacer un repaso de nuestra vida y
recordar las muchas cosas que ella nos da cada día, a través de
tantas personas que poco a poco van formando parte de nuestra vida.
En este día en que cumplo 46 años me
vienen a la memoria los rostros de mucha gente, de aquellos que la
vida ha ido poniendo en mi camino, de gente a quienes me unen lazos
de sangre, de amistad, de fe... Tener fe me ha llevado a intentar
vivir como cristiano, a ser misionero, a conocer a mucha gente que
hoy me recuerda y reza por mí.
Me felicitan mis familiares, mis amigos
de la infancia, compañeros de colegio, de seminario, de las
diferentes parroquias por las que he ido pasando en España y en
Brasil, gente que he conocido a partir de encuentros a lo largo de mi
vida, gente a quienes me ha acercado el mundo virtual de las redes
sociales. Hoy en día, inclusive en los lugares distantes donde uno
vive, es fácil recibir mensajes y en cada uno de ellos recibir
cariño de gente.
Agradezco a la vida, pero sobre todo a
Dios por aquellos que me enseñaron y me ayudaron a ser como hoy soy,
con mis virtudes y limitaciones. Soy consciente de que mucha gente me
ha ayudado con su ejemplo y testimonio a ser una persona mejor, a
tener una visión de la vida a partir de la propuesta de Jesús de
Nazaret, que me ha llevado a querer avanzar hacia aguas más
profundas, inclusive con los miedos que estos avances conllevan, pero
con una fe en Dios cada vez más fuerte, estando cada día más
convencido de que es Él quien conduce y da sentido a mi vida, a la
misión que me ha confiado.
Es en ese camino que estamos y
continuamos... con la gracia de Dios.
Un abrazo
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