Nuestra Señora Aparecida

Hola a todos/as:

Ayer fue uno de esos días en que uno llega al final del día sin saber muy bien como. Sali de casa a las 7:30, pues la primera misa de fiesta (Nuestra Señora Aparecida) era a las 8 en la comunidad de Queimadas, parróquia de Itaetê. A las 10 de la mañana la segunda misa, en la comunidad de Mocambo, a las 3 de la tarde en la comunidad de Cipó y a las 5 en la comunidad de Nuestra Señora Aparecida (estas tres comunidades son de la parroquia de Andaraí y la última está en la ciudad). Llegué de nuevo a Itaetê a las 9 y media de la noche, después de 200 km de coche. Todas las celebraciones fueron muy buenas, cada una de una forma diferente, pero puedo decir que cada comunidad preparó de la mejor forma posible el día de la fiesta de la comunidad. La participación de la gente también fue buena, tanto en número (que para mi no es lo más importante), como a la hora de celebrar, haciéndose partícipes de lo que estaba siendo celebrado. Para mi fue significativo el "valeu" (que vendría a ser "fenomenal"), que una mujer dijo al final de la tercera misa. Sólo por eso ya vale la pena el esfuerzo.

Delante de esto hago algunas reflexiones: la primera, la sed de Dios de la gente, que no mide esfuerzos para llegar hasta el lugar de la celebración, independientemente del horário, pues las celebraciones tienen lugar dependiendo del horário en que pasaba por cada lugar y todos agradecieron que pudiera ser así (hay gente que crea unas polémicas absurdas cuando les adelantan o atrasan 15 minutos "su" misa). La segunda, que vale la pena ser misionero, ayudar a las personas a encontrarse con el Dios Vivo, que se hace presente en las comunidades. La tercera, es a la luz de las lecturas y la actitud de Ester y de María, que se preocupan por los problemas de los otros, actitud que nos debe llevar a reflexionar en estos tiempos en los que cada uno sólo piensa en sí mismo. La vida para su pueblo y el vino para la fiesta es lo que la gente necesitaba en ese momento. Estemos atentos a lo que necesitan de cada uno de nosotros aquellos con los que convivimos cada día.

Un abrazo.

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