Convertíos y Creed en el Evangelio

Hola a todos/as:
Después de un fin de semana de trabajo intenso estoy comenzando una semana espiritual. Hoy por la noche empezaremos en el monasterio de Jequitibá el retiro diocesano hasta el viernes, que volveremos para continuar con el retiro parroquial en la comunidad de Baixão.
Ayer el evangelio nos invitaba a entrar en el camino de la conversión y creer-vivir el Evangelio, repitiendo el mismo convite que escuchábamos el Miércoles de Ceniza. La verdad es que somos gente de cabeza dura, uno lo dice en primer lugar por sí mismo, y a pesar de tener el camino de la felicidad en nuestra frente, generalmente nos decidimos por otras cosas que pensamos mejores pero que de hecho no lo son (cuanta tentación tenemos en nuestra vida y cuantas veces caemos, a pesar de que todos los días le pedimos, no sé si de verdad, al Padre del Cielo que no nos deje caer en la tentación). Son tantas cuaresmas, tantos intentos de conversión desperdiciados que uno se queda admirado de la paciencia que Dios tiene con nosotros, pues a pesar de las infidelidades nos dice una vez más que podemos y debemos intentarlo de nuevo. Estoy convencido de que vale la pena la tentativa, pues aunque sea despacio vamos consiguiendo alguna cosa. Espero que esta semana sea un tiempo propicio para ello.
En este sentido, los frutos que conseguimos, es interesante ver como poco a poco las comunidades van tomando conciencia de algunas cosas. Lo experimenté una vez más en el encuentro con los animadores/as que tuvimos el sábado. La necesidad de formarse, de crecer en el sustento de nuestras comunidades y parroquias, de tomar conciencia de los derechos que cada uno tiene y que las cosas no pueden quedar en el papel en temas como la sanidad pública que nos acompaña este año como tema de la Campaña de la Fraternidad...
Pequeños, grandes pasos que nos alegran y nos dan fuerzas para continuar caminando y luchando por aquello en lo que creemos.
Un abrazo.

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