Mucha reunión, mucho coche

Hola a todos/as:
Una semana más quiero contar al ciberespacio y todos los que entrar en él lo que he vivido en esta última semana. El viernes fue día de hacer alguna cosa en casa. Por la noche tenía misa en una comunidad, pero al llegar no teníamos sitio para celebrar y aplazamos la misa para hoy. Menos mal que era en la ciudad. El sábado de madrugada, cuatro y media, salí para Feira de Santana, tres cientos kilómetros, para participar de la reunión de las comunidades de base del Regional Nordeste 3. Estuvimos viendo como organizar el encuentro de las comunidades eclesiales de base de todo el nordeste brasileño que va a tener lugar en el mes de julio en la diócesis de Itabuna com o tema “Justicia y Profecia a servicio de la Vida en el Nordeste”. Después me fui a visitar al amigo Nicasio, convaleciente de una operación de prótesis en la cadera, pero que está casi en plena forma y con muchas ganas de empezar una nueva experiencia misionera en las selvas de Ecuador. Ya le dije que no está muy bien de la cabeza, pero bueno. A la vuelta dormí en Ipirá y pude compartir una buena pizza con mejor compañía.
El domingo tocó levantarse pronto para venir a celebrar misa en la comunidad de Iguape por la mañana, Pau Ferrado por la tarde y en la ciudad por la noche. Fue interesante ver como la gente de la comunidad vecina participaba en la misa de la tarde. A veces uno se impresiona con los esfuerzos que la gente hace para participar de la misa.
El lunes coche de nuevo, esta vez para ir para Ruy Barbosa a participar de la reunión mensual de la Coordinación Diocesana de Pastoral. Dormí allí porque al día siguiente teníamos reunión de la Pastoral Vocacional, donde fuimos sabiamente iluminados por los consejos de una hermana que trabaja en la diócesis de Feira de Santana y que nos hizo ver posibles caminos que pueden ayudarnos a contagiar la pasión por el Reino. A la vuelta tuvimos reunión con las comunidades de la ciudad en Andaraí y como no puede ser de otra forma en la ciudad de la fiesta, nos hartamos de comer para celebrar de nuevo el cumpleaños del menda y despedir a la hermana Margarete.
Ayer miércoles de nuevo reuniones con las comunidades, una por la mañana con un núcleo de comunidades y otra por la tarde con otro. Puedo decir con alegría que participaron casi todas a pesar de ser la primera del año y en una fecha diferente de lo que es común. Tratamos principalmente sobre el tema de la Campaña de la Fraternidad de este año, que nos lleva a reflexionar sobre la sanidad pública en Brasil y el sufrimiento de tanta gente que muere por falta de atendimiento, sobre todo los más pobres. Por la noche recibí un correo que me informaba de la salud de Pepe Zamorano, uno de los misioneros españoles que trabajan en Argentina y estuvieron aquí en casa el mes pasado y que a la vuelta a Argentina descubrió que tenía leucemia, diagnóstico que ha sido confirmado en Madrid a donde ha sido trasladado esta semana. Desde aquí pido una oración por él, pues la leucemia es de un tipo muy agresivo y no se sabe lo que puede pasar. Ahora que después de cincuenta años de misión se volvía para España en marzo, ha visto como las cosas se nos escapan de las manos.
Hoy por la mañana nos encontramos con el último núcleo de comunidades. Antes nos despedimos de la hermana Margarete, que cogía el autobús para irse para São Paulo e incorporarse a su nuevo trabajo pastoral. Llegamos juntos a Andaraí en abril de 2009 y siempre trabajamos muy a gusto y creo que conseguimos plantar alguna cosa. Nunca midió el esfuerzo y puedo decir que dió la vida por las comunidades en este tiempo que estuvo aquí. La pena es que se tenga que ir ahora que las cosas funcionaban y por motivos con los que no estoy de acuerdo. Intentaremos seguir adelante y continuar ayudando a la gente a encontrarse con el Dios de la Vida. Como dicen por aquí "é o jeito".
Un abrazo.

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