Sentimientos encontrados

Hola a todos/as:
Esta semana ha sido una semana de sentimientos enfrentados. Todavía perdura en mi memoria la muerte de las dos niñas la semana pasada, creo que tardaré en olvidarlo. Además de eso la semana siguió con múltiples sorpresas y no todas agradables. Jueves y viernes fuimos a las comunidades para celebrar misa. Ahora como somos dos, generalmente, durante la semana sólo tenemos una misa cada uno. El sábado por la mañana me fui para Andaraí pues esperaba a un grupo de catequistas de la parroquia de Ipirá que venían a pasar el fin de semana. Eran sólo 80 personas. Nos fuimos a conocer el río Garapa y poder darnos un baño relajante. A la vuelta fui a celebrar misa en la comunidad de Salobrinho y después en la ciudad en la comunidad de Nuestra Señora de las Gracias. Ese día fue la primera noticia desagradable, pues la hermana Margarete, con quien trabajé en Andaraí desde que asumí acompañar las comunidades en abril de 2009, me comunicó que había sido enviada para trabajar en el estado de São Paulo, lo cual no deja de ser un problema, pues habíamos conseguido hacer un buen trabajo juntos y ahora habrá que empezar de nuevo con quien llegue.
El domingo por la mañana celebré en la comunidad de Poço da Jia y después me fui al encuentro de la gente de Ipirá que habían ido a conocer Mucugê. A la vuelta nos dio tiempo a refrescarnos un poco en el rio Garapa y después a celebrar misa en Mocó y por la noche en la ciudad en la comunidad de San Francisco. Fue estupendo poder estar con esta gente de Ipirá y enseñarles un poco de lo mucho que hay de bueno en estas tierras. Por la noche la segunda noticia triste, esta si cabe más aún, pues hablé con Erivaldo, que se había quedado en Itaetê y me comunicó que Vera, una joven de la comunidad de Bananeiras, había muerto el sábado. Fue otro duro golpe, sin duda. Era epiléptica, tuvo un ataque, estaba sola y se ahogó con la lengua. Demasiadas muertes en tan poco tiempo.
El lunes me fui a Baixa Grande para participar de la reunión del equipo del seminario. Era necesario ver como empezar el curso y me tocó un poco de coche, cosa normal por estas tierras. Pero bueno, forma parte del trabajo y si todo es importante, que los seminaristas puedan avanzar en su camino vocacional, mucho más, pues son ellos los que van a hacer que nuestro trabajo de hoy pueda dar frutos en el futuro. Por la noche fui a visitar a Tiago y Katia, el matrimonio de misioneros que están en la parroquia de Andaraí, y juntos intentamos convencernos de que no siempre conseguimos aquello que esperamos, que nosotros como europeos que somos siempre queremos resultados inmediatos y no siempre es así. Lo que plantamos hoy puede ser que un día de frutos, pero de eso nadie está seguro. Plantemos y después ya veremos lo que pasa.
El martes tuvimos misas en las comunidades de Andaraí, dos cada uno, pues tuvimos que celebrar las que no pudimos celebrar la semana pasada por la muerte de las niñas en Itaetê. Cuando volvimos a casa Erivaldo me contó una cosa que parece increíble que pueda ocurrir y que pone de manifiesto que hay gente que es peor que los animales. El sábado alguien fue a buscar un cubo de agua y murió electrocutado al intentar entrar en la fazenda donde iba a coger el agua. El motivo es que un descerebrado, el dueño, decidió electrificar la cerca enganchándola directamente al tendido eléctrico. Ayer pasamos por la comisaría para ver como estaban las cosas y un policía nos dijo que ya habían iniciado el proceso, pero de momento el animal está suelto, pues tiene dinero y el que murió por no tener, no tenía ni agua para beber. Indignante que puedan pasar estas cosas.
Ayer fue un día de alegría, pues siempre me gustó cumplir años y poder celebrarlo. Como se ve en la foto cumplí uno, pues a los cuarenta la cuenta empieza de nuevo de cero. Tanto en Andaraí a la hora de comer, como en Itaetê a la hora de cenar puede disfrutar de la compañía de algunos buenos amigos, entre ellos los super-traviesos de Miguel y Fabio, que aparecen en la foto, los hijos del matrimonio misionero italiano.
Hoy por la mañana participé de una interesante reunión en la secretaria de Cultura, Medio Ambiente y Turismo. Poco a poco las personas se van concienciando de la importancia de preservar el medio ambiente y cuidar de la cultura como elementos que van a hacer posible que el turismo crezca en la región y eso sea una fuente de renta. Fue el primer paso de aquello que puede ayudar a mejorar la vida de las personas.
Un abrazo.

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