La Alegria del Resucitado

Hola a todos/as:
La Semana Santa ha transcurrido sin grandes sobresaltos. El martes nos vivimos para Andaraí por la tarde y después de ver como el Barça se clasificaba para semifinales de la Champions, nos fuimos a celebrar misa en dos comunidades. El miércoles las misas fueron por la tarde y después disfrutamos de unas pizzas en casa del matrimonio de misioneros italianos que viven aquí.
El jueves nos fuimos a la misa crismal en la parroquia de Mundo Novo, donde fueron consagrados los óleos para este año y renovamos nuestras promesas sacerdotales. A la vuelta nos separamos. Yo me quedé en Andaraí, Erivaldo se fue para Itaetê y Carlos para una comunidad. Por la noche celebramos la Cena del Señor, descubriendo una vez más la llamada que Jesucristo nos hace a vivir el amor desde el servicio a los otros, lavando los pies si es preciso.
El viernes fui a visitar enfermos por la mañana y una vez más descubrir el abandono en el que viven muchos ancianos a los que muchas veces los hijos, nietos, sobrinos... les quitan lo poco que tienen y no les hacen ni caso. Por la tarde celebramos los oficios y a continuación el Via Crucis, reflexionando lo que significa la Cruz como lugar de entrega.
El sábado por la noche fue momento de la Vigilia Pascual, la gran celebración del año, el momento en que hacemos memoria de aquello que fundamenta nuestra fe, que el Señor resucito y está con nosotros. Siempre me encantó esta celebración, pues en ella a través los símbolos fortalecemos nuestra fe y damos sentido a nuestro ser cristianos.
Hoy las celebraciones fueron en la zona rural. Hubo más gente de la habitual, prueba de que entendieron que hoy es un día grande para los que nos decimos cristianos. Que seamos testigos de la Pascua, de la Resurrección. Dios está vivo y vive con nosotros!
Un abrazo.

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