Francisco cautivó los corazones

Hola a todos/as:
Cuando algo es bueno se palpa en el ambiente. La sensación que ha dejado la visita del Papa Francisco a Brasil ha sido fantástica, excepcional, es tema de conversación en todo lugar. Pero si ha sido así es porque se lo ha ganado. Con sus palabras, pero sobre todo con sus actitudes ha conseguido cautivar el corazón de los brasileños, cosa que él mismo reconocía en sus primeras palabras públicas en territorio brasileño, que a los brasileños se les conquista por el corazón. Han sido días de intenso trabajo, de un sin parar, pero al llegar a Roma hoy por la mañana decía que la alegría era mayor que el cansancio.
Francisco consiguió cautivar a todos, a los jóvenes, que eran el motivo principal de su visita, pero también a los niños, a los adultos, a los que la sociedad excluye, a los ricos y a los pobres y hasta a las personalidades políticas y sociales del país. En ese sentido fue impresionante el caluroso aplauso con que fue recibido cuando fue a encontrarse con las diferentes personalidades del país. Eso a pesar de que ya les había dado varios tirones de orejas, denunciando el grave problema de la corrupción. Como también tiene autoridad moral para marcar el camino para los obispos, sacerdotes, religiosos/as, jóvenes...
Francisco es alguien que sabe tener el gesto oportuno, que cautiva con la sencillez, que hace cosas que resultan extrañas en un Papa, pero que son profundamente humanas. El mundo y la Iglesia, durante mucho tiempo, sacralizó demasiado la figura del Papa y este ha venido a mostrarnos que es de carne y hueso como cualquiera de nosotros, que es pecador y que por tanto necesita y pide constantemente que recemos por él. 
Francisco habla de todo, sin tapujos, reconoce los errores, propios y de la Iglesia y está dispuesto a ser misericordioso con todos. Pero él no es un niño de párvulos, es alguien que tiene en la cabeza cómo puede ser guiada la Iglesia en el siglo XXI, reconociendo que es posible que no consiga llegar a donde él quiere. 
Recemos para que este tiempo y esta forma se prolongue en el tiempo, para que estas actitudes calen en una sociedad y en una Iglesia que necesitan del ejemplo de muchos franciscos. Pido que este momento pueda ayudarme en el trabajo del día a día y que a través de este trabajo ayuda a la gente a encontrarse con Dios y construir un mundo mejor para todos/as.
Un abrazo

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