Motivos para continuar dedicando la vida a la misión

Hola a todos/as:
De nuevo aparezco por aquí para compartir alguna cosa de aquello que vivo en el día a día. No dejan de ser cosas como otras, pero que se vuelven importantes en la medida en que son expresión de una vida, de una misión. El fin de semana fue el retiro diocesano de las comunidades de base aquí en Andaraí. Vinieron 20 personas de 8 parroquias y quien nos ayudó a rezar fue Reginaldo Veloso, que tiene una larga experiencia de trabajo con las comunidades de base y es un liturgista consagrado, asesor de la Conferencia Episcopal Brasileña, así como compositor de música religiosa. Yo estuve en la retaguardia, cuidando que no faltase nada para que los otros pudiesen rezar. Además de eso tenía misas tanto el viernes como el sábado por la noche.
Yendo a la misa del sábado por la noche vi una vez más una prueba de como este país es profundamente injusto. Cuando iba para la comunidad vi como en una hacienda habían prendido fuego. Varias hectáreas estaban ardiendo, en una zona que era bosque, para plantar pasto para el ganado. Llegando a la comunidad hablé con un hombre de allí y me dijo que habían multado a uno de allí porque su hijo, un niño, había prendido fuego accidentalmente y había quemado un poco de terreno. Volviendo a la ciudad me enteré que el fuego de la hacienda tenía los permisos del instituto de medio ambiente del estado... Aquí los ricos compran los permisos para poder destruir el medio ambiente de la forma que les plazca. Un motivo más de vergüenza para un país dominado por gentuza.
El domingo, después de acabar el retiro, celebré en una comunidad de la zona rural y otra de la ciudad. Dentro del mes vocacional, que la iglesia brasileña celebra en agosto, este último domingo era el día de los ministerios laicales, que son de especial importancia en nuestra diócesis, pues son los laicos los que llevan el día a día de las comunidades. Por eso, una de las cosas más importantes para mi es acompañarles y ayudarles a que cada día puedan tener una mejor formación. Hay gente realmente admirable, que da la vida por las comunidades y que son un ejemplo de fe y de compromiso.
El lunes descansé un poco y por la noche fui a la reunión de los concejales, donde fui discutido sobre los problemas de la educación y la falta de cumplimiento de las promesas que habían hecho en la campaña política del año pasado. Martes y miércoles fueron las reuniones de formación con las comunidades, reunidas en lo que llamamos núcleos, dónde preparamos el mes de la Biblia, que es septiembre, en el que se hacen encuentros en las casas para reflexionar a partir del Evangelio de Lucas (cada año es un libro diferente). Hoy he ido a celebrar en dos comunidades de la zona rural, pero en la segunda, un campamento de sin tierra, había muy poca gente, pues la mayoría estaba en la ciudad y lo hemos dejado para el próximo mes. 
Todas estas cosas, y otras que no aparecen por escrito hacen que el tiempo pase volando, que uno no pierda la esperanza en que el Reino de Dios sea cada día una realidad más presente y de que cada día alguien más pueda percibir eso. No importa el número y sí cómo la vida de personas concretas, a partir de la propuesta de Jesucristo, va cambiando y van siendo cada día más felices. ¿Acaso no es motivo suficiente para continuar dedicando la vida a la misión?
Un abrazo a todos/as.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuando una lata de mejillones a uno le parece un manjar

Gente que nos hace soñar con un mundo mejor

De la Ceca a la Meca