De vuelta a lo cotidiano

Hola a todos/as:
Volver a lo cotidiano puede ser entendido como una vuelta a la rutina, a la monótono, pero también puede ser visto como la vuelta a aquello que da sentido a nuestra vida. Cuando la vida es respuesta a una vocación uno tiene más oportunidades para disfrutar de aquello que hace y  vive, sin que ello nos lleve a engañarnos y pensar que la vida es un camino de rosas. 
Después de una semana en tierras brasileñas he de decir que esta semana fue bastante ajetreada, pero en ese ajetreo uno va descubriendo cosas que te llenan y te hacen seguir caminando. Las celebraciones en las comunidades, la fiesta en una comunidad, las reuniones con los animadores de las comunidades... 
Pero también hay situaciones que nos llevan a sentirnos cuestionados, impotentes y una de las situaciones que más nos lleva a eso es la muerte, todavía más cuando es consecuencia de accidentes, más si estos pudiesen ser evitados. La muerte de los mineros en León, según parece como consecuencia de las pocas medidas de seguridad existentes en la mina, consecuencia de una crisis que siempre afecta a los mismos, los que están en la base de la pirámide. Lo mismo en el accidente de una furgoneta, con más pasajeros de la cuenta, sin papeles, sin pasar ningún tipo de revisión..., que provocó la muerte de siete personas de Pintadas, la ciudad de Erivaldo...
En la reunión con las comunidades hacíamos evaluación de las prioridades diocesanas para este año y me hace sentirme feliz ver como la gente va entrando en la dinámica de la vida en comunidad. No es fácil, pues durante mucho tiempo las cosas fueron diferentes, pero poco a poco se ven brotes de vida nueva, señales de que el espíritu del Evangelio se va haciendo presente en la vida de las personas. A pesar de las dificultades queremos que eso no muera y que esa forma de vivir la fe pueda calar en el corazón de la gente.
Un abrazo a todos/as.

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